20 ene 2015

Recuerdos del INIP-Solana





RECUERDOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES PECUARIAS

Pedro Solana Martagón


1960
En 1960 el Instituto de Investigaciones Pecuarias (INIP) de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) contaba con médicos veterinarios de mucho prestigio que fueron actores principales en la elaboración de vacunas para la erradicación de la fiebre aftosa en México. Las funciones principales del INIP eran el registro de productos biológicos, farmacéuticos y alimenticios, contaba con un laboratorio de constatación de la calidad de los productos a registrar por la SAG, con un laboratorio de diagnóstico y además se producía la vacuna contra la rabia y antígenos para diagnóstico. Prácticamente no se llevaba a cabo investigación.
En 1960 la Fundación Rockefeller financiaba en México proyectos de investigación en el área de agricultura, las oficinas estaban en Londres 40 México 6 D.F. y se le denominaba Oficina de Estudios Especiales (OEE). Las investigaciones que se llevaban a cabo eran principalmente con maíz y trigo y las que dieron renombre internacional principalmente al obtener por estos trabajos el Dr. Norman E. Borlaug el Premio Nobel de la Agricultura y la Alimentación.

La oficina de Estudios Especiales (OEE) de la Fundación Rockefeller

1961
Para 1961 la Oficina de Estudios Especiales de la Fundación Rockefeller (OEE) tenía un proyecto conjunto con la Escuela Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia (ENMVZ) de la UNAM, la que facilitaba el laboratorio de patología aviar para llevar a cabo los trabajos de investigación en avicultura. El director de la oficina era el Dr. John A. Pino. En este laboratorio se hacía también diagnóstico y estaba dirigido por el MVZ Eduardo Rivera Cruz; bajo su dirección trabajaban estudiantes de la ENMVZ entre los que se puede mencionar a Pablo Correa Girón, Celedonio Garrido Melo, Alejandro Cuadra, Carlos Arellano Sota, Rosita Fabela, Héctor Carrillo Melgar, entre otros.
En otro laboratorio el MVZ Jesús Estudillo hacía investigación en laringotraqueítis y el MVZ Ricardo Moreno Chan en bronquitis aviar. En el Departamento de Patología de Bovinos de la OEE el jefe era el MV Daniel Hagen y bajo su dirección estaba trabajando Pedro Solana Martagón con mastitis bovina y Marco Antonio Hidalgo en vibriosis. En el área de reproducción de bovinos empezó Marco Antonio Hidalgo y un poco después José Luis Escrivá y Roberto Ruiz quienes iniciaron los trabajos de Inseminación Artificial en Chihuahua en La Campana.
El Dr. John A. Pino dirigía los trabajos de avicultura en el campo El Horno en Chapingo, Edo. México. Estaban Edsel Bixler, Manuel Cuca y Augusto Aguilera y en genética el MVZ Gustavo Reta Peterson con quien trabajaba desde estudiante Manuel Berruecos Villalobos.
En forrajes el jefe de departamento era Henk Tunisson y bajo su dirección trabajaba, David Arroyo, primero en Cotaxtla, Veracruz y posteriormente en Paso del Toro, Veracruz, y Martín H. González en La Campana, Chihuahua.

Creación del Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias y fusión con el CENIP


1962
En 1962 la SAG tomó la decisión de llevar a cabo un proyecto cooperativo con la Oficina de Estudios Especiales de la Fundación Rockefeller y se crea al Centro Nacional de Investigaciones Pecuarias (CENIP) el cual es albergado en el Instituto de Investigaciones Pecuarias. En ese año el Presidente Adolfo López Mateos le adiciona el Nacional al Instituto de Investigaciones Pecuarias y queda como Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias (INIP).

                 
Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias. 1962.
 Fuente: Colección del CENID-Microbiología. INIFAp
  
MVZ Daniel Mercado García, Director del IIP.
 Fuente:  Anónimo 1962. Entrevista exclusiva. Habla el Director del Instituto de Investigaciones. PANAGRA. 1062. Nº 3, p: 54,

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1962
El INIP aportaría las instalaciones necesarias, parte del salario de los investigadores y los gastos de operación y la Fundación Rockefeller aportaría un salario complementario para los investigadores y financiamiento complementario para gastos de operación. El director del CENIP era el Dr. John A. Pino y el director del INIP era el MVZ Daniel Mercado García, quién en 1963 fue sustituido por el MVZ. Óscar Valdés Ornelas.

1963
En 1963 el Dr. Hagen empieza a hacer investigación en porcicultura y dirige al MVZ Ramiro Ramírez Necochea y MVZ Gilberto Gómez Priego. El Dr. Ned S. Raun era el jefe del departamento de nutrición y con él trabajaban el Dr. Sergio Brambila, el MVZ Héctor Merino Zúñiga, Marcial Velazco y Carmen Mendoza en las instalaciones de la Unidad Central y en los centros experimentales de Paso del Toro, Veracruz que eran propiedad de la SAG y en La Campana, Chihuahua, que era propiedad de la OEE.
 En el mes de diciembre de 1963 se publica el número 1 de la revista Técnica Pecuaria en México, por iniciativa del Dr. John a. Pino.

                 
Técnica Pecuaria no 1
Fuente. Colección de P. Solana

   
MVZ Pedro Solana
Fuente. Colección de P. Solana

1964
En 1964 se crea el Departamento de Microbiología Experimental en el laboratorio 4 del INIP, en el que anteriormente había sido usado para la elaboración de la vacuna contra la Fiebre Aftosa; el jefe del Departamento era Pedro Solana Martagón y su auxiliar Pablo Correa.
También en ese año, bajo el programa “Alianza para el Progreso” que el Gobierno de los EUA estableció por iniciativa del Presidente John F. Kennedy, en México se establece el Plan Lerma – Chapala – Santiago, donde en el Programa de Desarrollo Pecuario estaba el Dr. Gustavo Reta Petterson y donde Gilberto Gómez Priego y Carlos Arellano Sota, entre otros, desarrollaron la primera fase de la Red de Laboratorios de Diagnóstico, implementando los de Lerma en el Estado de México, León, en Guanajuato y Tlaquepaque en Jalisco.
Parte del personal del laboratorio de Diagnóstico de Patología Aviar de la Escuela Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia-UNAM, se quedó ahí y otra parte se trasladó al laboratorio 3 del INIP, que también había sido usado para la elaboración de la vacuna de Fiebre Aftosa. El jefe del Departamento seguía siendo Eduardo Rivera Cruz.
Se había establecido un sistema de trabajo que funcionaba muy bien, con profesionales con experiencia, dedicación y ganas de preparar al personal y una cantidad importante de profesionistas recién graduados o estudiantes con muchas ganas de aprender, obtener un puesto de trabajo que le garantizara su desarrollo, la obtención de una beca en el extranjero y posteriormente un puesto de trabajo a buen nivel. La selección de los  candidatos a pertenecer a la OEE o al CENIP era muy cuidadosa, dando mucha importancia a predecir si el candidato podría ser eventualmente un buen investigador(a) a pesar de las limitaciones bajo las cuales tendría que trabajar, principalmente en un inicio un sueldo bajo y una muy limitada disponibilidad de equipo y suministros. Por otro lado hay que tomar en cuenta que este tipo de preparación no se podía obtener en otro lado, ya que en esa época ni la ENMVZ, ni las Escuelas de Veracruz o de Guadalajara, de muy reciente creación, ofrecían grados de maestría o doctorado.
La gran aportación de la Fundación Rockefeller fue el haber formado un equipo técnico bien preparado a través de ir enviando anualmente dos o tres personas a universidades del extranjero para obtener grados de maestría o doctorado, quienes se comprometían que a su regreso trabajarían en el CENIP o posteriormente en el INIP.
Otro factor importante a considerar es que la ganadería tecnificada estaba casi todo por hacerse y se estaba expandiendo a diferentes estados del país. Este era el caso de la avicultura en Tehuacán, Puebla o en Ciudad Obregón en Sonora y que estaban requiriendo de veterinarios bien preparados, que pudieran resolver los problemas no sólo de sanidad sino también de nuevos sistemas de producción. Para esto se llevaron a cabo proyectos de investigación en forma cooperativa con las Asociaciones de avicultores y porcicultores en los estados. En 1964, Celedonio Garrido fue a Ciudad Obregón, Sonora, a dirigir el laboratorio de la Asociación de Avicultores; a solicitud de ellos fue el MVZ Pedro Solana al laboratorio y en presencia de Celedonio Garrido y Alejandro Cuadra, aisló por primera vez Haemophilus gallinarum. La anerobiosis se logró con un bote y una vela; así mismo se elaboró una bacterina que en la actualidad es ampliamente usada. Muchos de los veterinarios que se prepararon en el CENIP han sido motores de desarrollo de la ganadería en diferentes estados del país.
Cada sábado se llevaban a cabo seminarios en donde los investigadores presentaban los avances de sus investigaciones. Esto fue el inicio de las Reuniones Anuales del INIP.
En diciembre de 1964 dejó de operar la Oficina de Estudios Especiales de la Fundación Rockefeller; por lo tanto el Dr. John A. Pino terminó su gestión como director del CENIP y lo substituyó el MVZ Eduardo Rivera Cruz. También se van el Dr. Daniel Hagen y el Dr. Ned Raun. El Dr. Tuniseen, el Ing. Brambila y el Dr. Ricardo Moreno Chan se habían quedado en la ENMVZ-UNAM y el Dr. Jesús Estudillo estaba ya en la iniciativa privada.

1965
El Dr. Eduardo Rivera Cruz se inició como director del CENIP en 1965. Este año fue crítico para el CENIP ya que debía haber un reacomodo en la operatividad del mismo pues tendría que depender únicamente del presupuesto que tenía aprobado el CENIP proveniente de la Secretaría de Agricultura y Ganadería. Ya no habría compensación proveniente de la OEE para el sueldo del personal por lo que se necesitaban gestionar fondos para terminar los experimentos ya iniciados. La ayuda para tratar de resolver estos problemas de parte del Dr. Óscar Valdés Ornelas, que era el director del INIP fue determinante. En ese año llegó el Dr. Jorge Baer del Communicable Disease Center, Ga, USA, al CENIP, como experto en rabia interesado en un proyecto cooperativo para llevar a cabo estudios de epizootiología sobre rabia paralítica bovina o Derriengue. Estos trabajos ya se habían iniciado en conjunto con la Universidad de Veracruz, a donde había sido comisionado Augusto Mancisidor de parte del CNIP.

1966
A principios de 1966 el Dr. Eduardo Rivera Cruz renunció como director y lo substituyó el Dr. Pedro Solana Martagón. El programa de preparación del personal continuó durante varios años con el apoyo de la Fundación Rockefeller.
La forma en que operaba el CENIP limitaba su crecimiento y dificultaba la gestión de fondos ante la SAG. Por otro lado, el INIP no llevaba a cabo investigación por lo que el Dr. Óscar Valdés Ornelas gestionó ante la propia Secretaría que el CENIP sea integrado dentro del INIP con todos sus recursos humanos y materiales.

Creación del Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias como un Instituto sólo de investigación pecuaria

1967
En 1967 en substitución del Dr. Valdés Ornelas es nombrado como Director del INIP al Dr. Pedro Solana quien permaneció en este puesto hasta 1974. Como Subdirector se nombró al Dr. José Luis Delgado quien representaba al personal que había laborado durante muchos años en el INIP, cuyas actividades y entrenamiento eran sobre diagnóstico, administración y producción de vacunas, pero que no tenían un entrenamiento en investigación; la mayoría de ellos tenían de 20 a 30 años de antigüedad en el INIP. Varios de estos profesionistas siguieron siendo de gran valía al Instituto, como ejemplo se puede mencionar a la Dra. María Roldán de Gordón.
 Al principio había que resolver el problema financiero para llevar a cabo la investigación e integrar a los dos grupos de profesionistas tan disímbolos. Este proceso por razones obvias no fue fácil ni rápido.
Dado que había departamentos dentro del Instituto que eran más bien destinados a actividades de salud animal, se negoció con el Dr. Gustavo Reta Petterson, que era el director de la Dirección General de Sanidad Animal, se transfirieran hacia esa dirección, el Departamento de Registro de Productos Biológicos, Farmacéuticos y Alimenticios, así como el personal del Laboratorio Central de Diagnóstico, cuyas instalaciones permanecieron dentro del Instituto (Laboratorio 3, año 1967) y que fueron la base de la Red Nacional de Laboratorios de Diagnóstico (RENALDI). Fue también reubicado el laboratorio de Producción de Vacunas, Antígenos y Reactivos y que eventualmente la Dirección General de Sanidad Animal estableció en el año 1972 como la Productora Nacional de Biológicos Veterinarios (PRONABIVE).
Estos movimientos permitieron canalizar mejor los recursos del INIP hacia la investigación y utilizar instalaciones que fueron de mucha utilidad para el crecimiento del INIP tanto en la Unidad Central como en los laboratorios.
De esta forma se logró remodelar el edificio central para establecer la biblioteca que no contaba el Instituto, manejada con personal especializado y que tuviera un acervo de revistas de investigación. En esa época se dependía de las revistas científicas para llevar a cabo revisiones bibliográficas y consultas, ya que no existía la computación. Así mismo hubo espacio suficiente para nuevos Departamentos como el de Planeación, Divulgación y posteriormente para ubicar el Proyecto Internacional del Gobierno de México y la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) del Gobierno de los Estados Unidos, para el Control de Vampiros.
En la Unidad Central se llevaban a cabo trabajos de investigación en nutrición y en salud animal. Como cada vez había más experimentos que realizar, se construyeron corrales nuevos diseñados exprofeso los que fueron de mucha utilidad, en la ejecución de los proyectos de rabia paralítica bovina y encefalitis equina se adaptaron los corrales usados durante la erradicación de la fiebre aftosa. Igualmente se remodelaron y ampliaron los corrales que se habían utilizado para los trabajos de nutrición.

Unidad Central INIP
                                                      Fuente. Colección de P. Solana

MVZ Diodoro Batalla Campero
                                                           Fuente. Colección de P. Solana
 

Se construyó un bioterio diseñado exprofeso, tomando en cuenta los requerimientos para evitar la contaminación de los animales producidos por todas las vías posibles, principalmente la aérea y contar con animales de laboratorio libres de patógenos.
 Para llevar a cabo experimentos con patógenos que afectan al humano y no poner en riesgo la salud de los investigadores, se construyó una unidad de aislamiento. Ésta puede alojar bovinos, ovinos, cabras, porcinos o aves, y ha sido de mucha utilidad para la evaluación de productos para la prevención de las zoonosis como la brucelosis en cabras, proyecto en el que trabajaron el Dr. Ricardo Flores y el Dr. Jorge Baer.
 Se construyó un edificio que estaba diseñado originalmente para alojar a diferentes Departamento que conformaban el INIP, como Genética, Reproducción, Bacteriología, Nutrición y Virología. Posteriormente se modificó pues siempre ha habido necesidad de equipo nuevo de acuerdo con el avance de la tecnología. Siempre se trató de suplir esa deficiencia con voluntad, ingenio y trabajo; los investigadores en general no se quejaban por falta de elementos para trabajar sino que resolvíamos los problemas.
 Pablo Correa regresó de su maestría en 1966. Debido a que manejaba cultivos de células para el crecimiento del virus a diferencia del procedimiento que se usaba anteriormente que era embrión de pollo, se construyó un edificio diseñado para el manejo de los virus y de esta manera se trabajó con los problemas virales que aquejaban la ganadería del país. En una visita del Dr. James Baker de la Universidad de Cornell, E.U., que vino a México por invitación de Ricardo Flores, se planteó el problema del cólera porcino, (fiebre porcina clásica) en el país y la falta de una vacuna efectiva para su control. El Dr. Baker le dio al Dr. Flores la cepa PAV250 con la que el Dr. Correa obtuvo semilla suficiente para llevar a cabo los trabajos que demostraron la eficacia de esta vacuna para proteger a los cerdos contra el cólera porcino. Esta vacuna posteriormente fue entregada a PRONABIVE. A través de su uso masivo en todo el país se pudo lograr la erradicación del cólera porcino en México. Otro problema grave era la rabia paralítica o derriengue, teníamos la preocupación de preparar personal en el área específica de virología y para el control de esta enfermedad, por lo que el Dr. Jorge Baer empezó a entrenar a un grupo importante de veterinarios entre ellos al Dr. Antonio Morilla, el Dr. Mario Martel y el Dr. Diodoro Batalla.

Proyectos Nacionales e Internacionales

Paralelamente ya se habían iniciado los trámites para el establecimiento de un proyecto internacional para el Control del Derriengue, proyecto que debería ser financiado por la Food and Agricultural Organization (FAO). Debido a nuestra inexperiencia para gestionar oficialmente la participación y apoyo de un organismo internacional y de las diferentes gestiones que deberían llevarse ante la Secretaría de Relaciones Exteriores, la ayuda del representante de la FAO en México, el Dr. Dick Caldwell o de la Lic. Emilia Téllez en la Secretaría de Relaciones Exteriores, así como de expertos en el control de virus rábico, como el Dr. James Steel, fueron determinantes, sobretodo en la etapa de preparación para el trámite de evaluación de la capacidad tanto técnica como de facilidades y equipo, que habría que llevarse a cabo en el INIP. Al mismo tiempo también se hacia la evaluación de las facilidades que había en otros países en donde la rabia paralítica bovina también era un problema grave como en Brasil y otros países sudamericanos. A la visita de evaluación vinieron el Dr. Pascu Atanasiu experto virólogo y el Dr. Arthur Greenhall especialista en control de vampiros. Con ellos se llevaron a cabo visitas de campo en zonas endémicas de la enfermedad, cuevas de vampiros y se logró demostrar que existía el conocimiento del problema y la capacidad de movilización y penetración en las zonas afectadas. Se tenían los contactos en los estados muy afectados como Veracruz, Oaxaca o Guerrero y con la capacidad y entrenamiento de Carlos Arellano Sota y Eliseo Hernández Baumgartem, quienes ya habían regresado de sus estudios de posgrado, así como el que había preparado el Dr. Baer. Se contaba con expertos en Epizootiología, Virología y medianamente se había acondicionado el edificio que anteriormente se dedicaba a la Producción de Vacunas, para poder ser utilizado como sede del proyecto. Quedaron bien impresionados y recomendaron que el proyecto se llevara a cabo en México.
 El Proyecto sobre Control de la Rabia Paralítica o Derriengue empezó a funcionar en 1967. El personal por parte de la FAO fue el Dr. Pierre Sureau como epizootiólogo, y como contraparte Carlos Arellano Sota, Arthur Greenhal en control de vampiros como contraparte William López Forment y Josep Bjelenga como virólogo y como contraparte Eliseo Hernández Baungarten. Como asesor del proyecto quedó el Dr. Bernardo Villa del Instituto de Biología de la UNAM. La FAO proporcionó equipo e insumos, con lo que quedó bien conformado el laboratorio del proyecto de Derriengue.
El trabajo de este grupo de investigadores fue muy intenso, no solamente en el laboratorio sino también en el campo donde se seguían muriendo miles de animales por la rabia paralítica. La industria farmacéutica solamente tenía disponible una vacuna elaborada en embrión de pollo que daba una protección parcial, y producía muertes por choque anafiláctico. Una zona muy afectada por Derriengue era alrededor de Acatlán de Pérez Figueroa, entre los límites de Veracruz y Oaxaca. Esta zona fue elegida por los epizootiólogos, como área de estudio, colectaron muestras del cerebro de animales muertos de Derriengue y las llevaron al laboratorio. De ese material se aisló una cepa de virus rábico que se le dio el nombre de cepa Acatlán V 319 que dio origen a la vacuna del mismo nombre. Las pruebas reglamentarias para poder registrar esta vacuna ante la SAG, se llevaron a cabo primero, en los corrales de la Unidad Central y posteriormente en el Campo Experimental de las Margaritas, Puebla. Esta vacuna fue proporcionada a PRONABIVE para su venta y su distribución en todo el país en donde se aplicaron muchos miles de dosis que permitieron el control de esta enfermedad.
En el año de 1969, siendo presidente de la República el Lic. Luis Echevarria Álvarez, se presentó en México proveniente de Guatemala, la Encefalitis Equina Venezolana, que era una zoonosis que entró al país por el Estado de Chiapas y se difundió a una velocidad extrema hacia todas las

   
El Dr. P. Solana con el Presidente Echeverría
                                                           Fuente. Colección de P. Solana              

 
El Dr. P. Solana con el Subsecretarios el Sr. Manuel Tellaeche

                                                               Fuente. Colección de P. Solana                    

direcciones en el país. En el mundo no había disponible una vacuna para proteger a los equinos contra esta enfermedad; la agravante fue que no solo estaba matando a equinos, sino también una gran cantidad de personas enfermas y había casos fatales. Por este motivo el control de la enfermedad se debía llevar a cabo en forma conjunta entre la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) y la Secretaria de Salubridad y Asistencia Pública (SSA); se decidió que la vacuna debía ser elaborada en Palo Alto. En un laboratorio del ejército de los Estados Unidos tenían una cepa atenuada de encefalitis equina venezolana (TC83), sin embargo informaron que no se habían llevado a cabo pruebas suficientes para garantizar su uso como vacuna. El Dr. Pedro Solana fue comisionado para ir a ese laboratorio y obtener la cepa del virus de encefalitis equina venezolana, la cual fue proporcionada, pero con la advertencia que no se harían responsables si pudiera causar algún problema. El Dr. Diodoro Batalla había sido entrenado por el Dr. Jorge Baer en el manejo de virus y cultivos celulares, así que se le encargó que produjera un lote de vacuna, con el cual, se hicieron pruebas de inocuidad en animales de laboratorio y en equinos mantenidos en los corrales de la Unidad Central. Existía una presión muy grande, sobretodo de parte del Secretario de la SSA quién había que reportar semanalmente en las reuniones bilaterales de ambas Secretarías, y en las que se analizaban el avance de la enfermedad, así como el número de personas enfermas y equinos muertos. También asistía el Dr. Francisco Salido Rangel que era el Director del Laboratorio de Producción de Biológicos de la SSA, quién estaba muy pendiente de lo que reportábamos.
Dado que las pruebas de inocuidad resultaron favorables y debido a la urgencia de probar la vacuna en un mayor número de animales, se nos autorizó vacunar caballos en zonas infectadas. Por este motivo el Dr. Batalla y su auxiliar el Dr. Mercado empezaron a producir lotes de vacuna los cuales pasaron satisfactoriamente las pruebas de inocuidad pues contenían el título mínimo viral requerido. Las muestras de los lotes producidos se mandaban al laboratorio de la SSA en donde debían ser analizadas. En una de las reuniones semanales el Dr. Salido Rangel informó que el lote producido no daba el título mínimo requerido. Le contesté que yo respondía de que las prueba hechas por nosotros eran las correctas y sugerí que se hiciera una prueba conjunta en el laboratorio de la SSA. El Dr. Batalla asistió y el título fue el correcto.
En un viaje en avión a Rio Verde, San Luis Potosí hecho para verificar la mortalidad de equinos, iba el Presidente Echeverría y el Director de Sanidad Animal Dr. Gustavo Reta Peterson. Me mandó llamar el Sr. Presidente y me dijo “me informan que la vacuna que usted está produciendo está matando a los equinos” le respondí que eso no era posible y si bien había equinos muertos en donde se había vacunado, la vacuna sólo se usaba en zonas infectadas y lo que mataba los equinos era el virus de campo. Esta información se la había dado el Dr. Reta.
La única forma de saber si la vacuna mataba equinos cuando se usaba en el campo era vacunando en zonas libres de virus, y como no lo permitía hacer el Dr. Reta, hablé con el Dr. Carlos Robles, que era el Director del Centro Experimental Pecuario Las Margaritas, en Hueytamalco, Puebla, que era una área libre de encefalitis. Le dije “te mando vacuna de encefalitis y se la pones a 30 caballos” Los caballos no enfermaron y se lo reporté al Dr. Reta, quién se enojó, pero terminó aceptando que se usara la vacuna en zonas libres que era precisamente donde se debía usar para crear una zona de protección al avance del virus. En el laboratorio del Dr. Batalla se produjeron más de 6 millones de dosis de vacuna contra la encefalitis que sirvieron para parar el brote de encefalitis, inmunizar a la población equina del país y evitar una nueva presentación de esta epizootia.
En 1966 para dar una solución más completa en el control del derriengue, se estableció un proyecto internacional para el control del vampiro transmisor del virus, entre el INIP y la Agency for International Development, Bureau of Sport Fisheries and Wildlife Denver Wildlife Research Center, Estados Unidos (AID). El INIP ya se había preparado estableciendo un laboratorio en el Edificio Central, en el cual trabajaba el Biól. Raúl Flores Crespo en el estudio de los vampiros; de tal manera que cuando se firmó el acuerdo ya se tenía una base sólida para iniciar los estudios. Además de personal, la AID traería equipo especializado que al terminar el proyecto debería dejarlo en el INIP. Del INIP participaron también Salvador Said y Clorinda Sarabia Bueno; del grupo de Estados Unidos estaba como Director Sam Linhart y Richard J. Burns y posteriormente llegó Clay Mitchell. Se llevaron a cabo muchos estudios del comportamiento de los vampiros a través de la observación durante 24 horas al día; se adaptaron jaulas especiales en los corrales para poner bovinos dentro de un local cerrado en donde se introducían vampiros que eran monitoreados cuando se alimentaban de los bovinos, o al acicalarse después de comer. Todos estos estudios dieron como resultado el desarrollo de productos como la pomada “Vampirinip”, de uso tópico en heridas que se sabía que el vampiro vendría a volver a alimentarse de ellas ingiriendo entonces el vampiricida que lo mataría; como éste se desarrollaron otros más, con diferentes aplicaciones. Estos estudios son reconocidos en toda Latinoamérica en donde se presentaron en diversos foros y trabajos publicados. En México el INIP proporcionó el producto a la Dirección General de Salud Animal para sus campañas y durante mucho tiempo se usó en la Industria Farmacéutica.
Durante diferentes etapas y siempre dentro de proyectos cooperativos con el Gobierno de Holanda, el Dr. Hans Dicken estuvo en México, colaborando con el Dr. Ricardo Flores y su grupo en diversos estudios sobre leptospirosis. Del Dr. Dicken recibieron entrenamientos; además siempre tuvo una actitud de ayuda y cooperación con el personal del INIP, no solo en la enseñanza sino al gestionar y traer cepas de Leptospira que fueron muy útiles en las investigaciones que se llevaron a cabo en el INIP.
También enviado por el Gobierno de Holanda estuvo varios años en el INIP el Dr. Karel Antoni Schat o Tom Schat trabajando con la enfermedad de Marek en aves. Con él trabajaron también varios compañeros veterinarios.
En 1970 la Secretaría de Agricultura y Ganadería, a través del INIP, compró un terreno adyacente al ocupado por el Instituto a la orilla de la carretera y del lado oriente, que llega hasta donde cruzan el alambre de la luz sobre la carretera México-Toluca, tiene una extensión de cerca de tres hectáreas. La finalidad de esta adquisición fue la de poderlo utilizar para la ampliación de las instalaciones del Instituto.
Alrededor de 1970 el Dr. Miguel Osorno, que ya había regresado de los Estados Unidos, siguió con los trabajos iniciados por el Dr. Heberto Esparza en Paso del Toro, Veracruz, acerca del control de la Anaplasmosis y para la evaluación de una vacuna que estaba desarrollando el Dr. Miodrag Ristic; estos fueron el inicio de proyectos de investigación sobre este tema, que aún se continúan (2014).

Centros Experimentales

En 1966 el Centro Nacional de Investigaciones Pecuarias contaba con 3 Centros Experimentales: Paso del Toro en Veracruz, el Centro Experimental Pecuario, La Campana en Chihuahua y el Centro Experimental El Horno en Texcoco, Estado de México.
El jefe de Departamento de Nutrición era el Dr. Héctor Merino Zúñiga y con él trabajaba el Dr. Everardo González Padilla siguiendo el tipo de trabajos iniciados por el Dr. Ned S. Raun y utilizando para sus experimentos los corrales de Palo Alto.
El Departamento de Genética era dirigido por el Dr. Manuel Berruecos Villalobos, quien trabajaba en Palo Alto y tenía también experimentos en El Horno y en Paso del Toro haciendo investigación con borregos Pelibuey o Tabasco que era una raza ovina casi desconocida, de no ser en los estados de Tabasco, Yucatán o Campeche.
En el Departamento de Forrajes se hacía investigación en zonas tropicales. El jefe de Departamento era el Dr. Ricardo Garza Treviño, los proyectos de investigación se llevaban a cabo en Paso del Toro con el Ing. David Arroyo, y eran principalmente la evaluación de diferentes pastos tropicales, algunos introducidos y de diferentes tipos de leguminosas.
En La Campana, Chihuahua, se ubicaba la sede del Departamento de Manejo de Pastizales, fundado hacía varios años y con una gran trayectoria de difusión de la información generada a través de los Días del Ganadero; el Director de este Centro era el Dr. Martín H. González, ampliamente conocido por los ganaderos de esa región y Estados circunvecinos. En 1970 el INIP adquirió un terreno adyacente al ya existente que tenía pastizales nativos diferentes por estar ubicado en la parte alta de la sierra. De esta forma se duplicó el área de pastizal del centro. Varias generaciones de Ingenieros Agrónomos fueron entrenadas en este centro; en 1971 el Dr. Enrique Sánchez Granillo inició los trabajos de nutrición animal y algunos años después fue el Director del Centro Experimental.
En Paso del Toro, Ver. pertenecía a la SAG desde la época del Subsecretario Lauro Ortega quien fundó varios Centros en varios estados llamados Postas Zootécnicas. Tenía una construcción típica de un silo elevado en la parte central y corrales periféricos, además contaba con un terreno pequeño donde se producía forraje para el ganado que generalmente se inundaba en la época de lluvias. En ese año el Director era Julio Castillejos. Se iniciaban también los estudios de producción de leche en el trópico. Para 1966 el Director era Carlos Robles, quien había regresado de ser el Director de Los Belenes en Guadalajara. Jalisco que en esa época ya no pertenecía al INIP. Para poder contar con terreno suficiente para hacer experimentos con ganado especializado en producción de leche en pastoreo así como tener más terreno para producir cereales para el ganado estabulado se adquirió un terreno adyacente que permitió hacer nuevas instalaciones para llevar a cabo los experimentos del departamento de forrajes. Se hicieron experimentos, dirigidos por Heberto Esparza, con animales traídos de La Campana de raza Hereford, que en poco tiempo estaban llenos de garrapatas y enfermos de piroplasmosis y anaplasmosis. Este Centro fue y ha sido de enorme importancia para la preparación de personal que posteriormente ocuparon cargos directivos en otros Centros que se fueron creando. Ahí se inició el proyecto en el que cada Centro debía contar en con un especialista perteneciente a cada uno de los departamentos del INIP. Ahí hicieron carrera como investigadores Heriberto Román Ponce en producción de leche, el Dr. Héctor Castillo con borrego Pelibuey y Roberto Ruiz en reproducción. Se construyeron áreas de laboratorios y casas para alojar a los investigadores.
El Departamento de Avicultura en 1966 seguía estando en El Horno en Chapingo, Texcoco, Estado de México, se llevaron a cabo experimentos en nutrición y manejo de aves. El jefe del departamento era el Dr. Manuel Cuca García y con el colaboraba el MVZ Ernesto Ávila
El Centro Experimental Pecuario Las Margaritas, Puebla, se estableció en 1967 siendo Secretario de Agricultura y Ganadería el Sr. Juan Gil Preciado, quien decidió dar al INIP la oportunidad de manejar ese rancho como un Centro Pecuario, pues pertenecía a la Secretaria de Agricultura y Ganadería. Contaba con una extensión de 2,400 hectáreas, de terreno accidentado, el clima era tropical húmedo y era muy representativo de la zona. Al recibirlo contaba con ganado Charolais con problemas terribles de anaplasmosis. Este ganado se fue sustituyendo por ganado Brahman e Indobrasil; además se introdujo ganado Suizo Americano que a través de los años se ha ido adaptando y ha servido para la demostración de producción de leche en el trópico. El primer Director fue Roberto Ruiz; el segundo fue Everardo González Padilla y siguió Carlos Robles; su asistente era Juvencio Lagunes quien posteriormente fue Director del Centro. El Dr. González Padilla realizó trabajos de reproducción y los Jefes de Departamento como el Dr. Ricardo Garza Treviño, Héctor Merino Zúñiga o Ricardo Flores Castro hacían visitas periódicas para supervisar el avance de los experimentos que se estaban ahí llevando a cabo. Aprovechando la existencia de habitaciones para técnicos, sirvió para que muchos veterinarios recién graduados adquirieran experiencia ya sea en forrajes, nutrición o en el tratamiento y prevención de enfermedades. De ahí salieron muchos Directores de Centros Experimentales. Anualmente se hacían Días del Ganadero en el que cada investigador presentaba los resultados que había obtenido así como tecnología que podía ser aplicada en la zona. También se recibían visitas de funcionarios de la SAG como el Secretario de Agricultura y Ganadería Manuel Bernardo Aguirre o frecuentes visitas de Subsecretarios como el Sr. Manuel Tellaeche y posteriormente el Dr. Gustavo Reta Petterson.

Nota: Este escrito forma parte de la Memoria del INIP publicado en 2014

3 comentarios:

  1. Yo viví en las instalaciones del I.N.I.P. en Palo Alto de 1965 a 1990 y crecí viendo el trabajo de esa comunidad de profesionales. El Instituto lució sus mejores días en los 60's y 70's, después empezó a decaer. Los jardines se secaron, los vehículos oficiales dejaron de reemplazarse y la actividad se fue apagando. Hoy en día solo permanece la Comisión para La Prevención de la Fiebre Aftosa y las instalaciones quedaron cercadas por el crecimiento de Santa Fe. Seguramente las nuevas generaciones de profesionistas están haciendo una nueva historia que contar en otras partes de México.

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  2. Me toco vivir desde estudiante la época dorada del Instituto, todas sus glorias y el efecto que tuvo en el desarrollo de nuestra ganadería.
    La ultima vez que estuve ahí. ...... me dieron ganas de llorar.
    ¿ Cómo permitimos que este Centro de cayera hasta desaparecer ?

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  3. felicidades en su aniversario de natalicio al gran Dr. Celedonio Garrido Melo

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